martes, 2 de octubre de 2012

Fernando

 
 
Sobrado de sentidos
como el gusto por la música,
el perfeccionismo de tus tiralíneas, diseñando cocinas,
tu intuición con los guarismos, de quinielas infinitas,
la pasión por tus nietos, influyendo en su cultura,
o la de conocer nuevos destinos...
para adueñarte de su influjo,
han supuesto un buen modelo a imitar por lo sencillo.
 
Te creíste más López que Boró
aunque acabaras más parecido a éste en sus modales,
enrocado en lo patriarcal que se llevaba antes
aunque tu ingenuidad infantil era sin duda López,
mantenida hasta el final,
como coraza protectora de un destino enrevesado
al que le hiciste regates por el bien de la felicidad, muchas veces alcanzada.
 
Aunque los azares del destino nunca fueron espléndidos,
como a la mayoría de mortales,
supiste sacarle jugo a una familia
que hoy reconoce tus bondades y sigue la senda que iniciaste
de cualidad humilde, pero de personalidad pujante.
 
Nos alumbraste de optimismo y te lo agradecemos ahora,
en tiempos sombríos,
porque no es posible encarar la vida sin el,
si pretendemos sacarle a los días que nos faltan todo su provecho.
 
De lo demás, no queremos ni debemos pasar pena.
 
Gentes como tu, seguro que han llegado al mejor destino posible.
 
Fuere donde y como fuere.