viernes, 25 de noviembre de 2011

Moiras: Divinidades del destino

Parcas, no sois bienvenidas a esta casa tranquila.

Desde los tiempos de los romanos os emplazais en las puertas,
de vez en cuando,
urdiendo el maldito destino
que siempre acaba siendo el mismo.

Ejecutoras de la peor labor de ganchillo,
Cloto se ocupa de hilar en silencio
Láquesis, enrolla en un sinfín el tejido
y Átropo corta a su antojo los hilos.

Las tres os habeis plantado esta vez ante Rosa
desafiando a su semblante en otro tiempo altivo.

Maldita sea la madre que os ha parido.

No teneis derecho a usurpar a nadie el cariño
llevándoos para siempre al cuerpo querido.

Claro que os justificais esta vez porque ya es viejo, pero...
¿cuando lo hicísteis con el de mi hijo?

Tan solo tenía unos meses
y fuísteis capaces de esperar pacientes
a que se consumiera su suerte.

Os odié,
como se odia a quien te sustrae el presente
para ahondarte en el dolor más hiriente.

Por fortuna no nos hemos visto a menudo las caras,
tan solo unas pocas veces,
las más de improviso y sin lindeces.

En esta ocasión vuestra víctima resiste y se crece,
para reirse de la malsana muerte
que va asomando ya, en su cuerpo presente.

Dichosa mujer que acaba siendo de lo más consecuente,
con un final que a mí se me antojará
siempre impenitente...

lunes, 21 de noviembre de 2011

Las cuatro reglas...

Aficionado a la aritmética,
adoro el juego mental de sumas y restas
que acaban siempre en positivo,
multiplicaciones y divisiones de uno o dos dígitos
que quiebran o redondean cadencias de números primos.

De esa manera le gusta trabajar a mi mente,
buscando respuestas sencillas,
sin tener que elucubrar obras de ingenio
capaces de obnubilarte el seso.

Que también,
si encontraras el fundamento
en que poder comenzar el concierto
de multitud de sinfonias que llevo dentro,
desperdigadas, confusas o mutiladas,
deseosas de acabar en portento.

Búsquedas de la razón
o simples humores del corazón
que sueña con el prestigio
de ser para enloquecer
dichoso y hasta, algún día, distinguido patricio...

lunes, 14 de noviembre de 2011

De vuelta a la infancia

Una sonrisa infantil
me dinamiza el espíritu,
renueva mi condición de persona feliz,
si alguna vez lo fui,
ocupada tan solo en buscar
lo que realmente importa.

Y ahora solo me importa
volver a sentir la verdad de la vida,
reconstruirla sin faltas,
abstraerme de la superficialidad sin importancia.

Porque importante es llevarse bien con los niños,
que saben administrar su estadio con relevancia
hasta que aparecen los primeros síntomas de madurez
y con ellos la desconfianza.

A estas alturas debiera ser más que maduro,
si es que maduro es ser sabio,
aunque no es necesario saber para solo demostrarlo
sino para bien emplearlo.

Preferiría unir la sabiduría
a la inercia de la fantasía
que cualquier niño en su día a día
alimenta con sus correrías...
aunque no me sea dado el derecho, por ser mayor,
de sumarme al jolgorio de sus tropelías.

No te preocupes, pequeño Anibal,
aunque nadie lo advierta,
seré tu confidente por un día
alabaré tus conquistas sentidas
cambiaremos los cromos con cualquier chaval,
nos reiremos juntos en cualquier festival
y disfrutaremos mi nueva vida,
aproximada a tus primeras experiencias vivas.

Es lo que tiene ser abuelo...
revivir una infancia lejana
es la mayor satisfacción posible
en compañía de quien te ve con mente lozana.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Mi amiga venezolana

La magia silenciosa nos acerca,
no hay barreras para el entendimiento
si se aunan propósito, curiosidad, sinergias...

Motivos se encuentran siempre
cuando se trata de buscar querencias
que alivien la soledad,
que colmen a la esperanza en la amistad perfecta.

He cruzado un  oceano
sin necesidad de sentir el frio de sus aguas
hasta el occidente donde te hallas

Cumplido el dia aquí,
por completarse la tarde allá,
han flotado tus pensamientos y los mios
queriendo llegar a acuerdos
porque los desacuerdos son siempre baldíos.

No importará la presencia física
que termine desmotivándonos,
mejor así,
hará lo propio la imaginación,
hará justicia el atrevimiento.

Los sueños que los andamios montan con profusión
consiguen siempre elevar hasta el cielo
deseos por edificar el templo de nuestra humana condición.

Hoy conocí en internet a una guapa venezolana...