martes, 12 de abril de 2011

Cosas menudas, menudas cosas

Pequeñas son las cosas
pequeño su valor
pero, cuanto mas pequeñas son,
mas ensanchan tu corazón.

La sonrisa de tu nieto,
la bondad de su expresión,
la sencillez de su gesto,
la mirada y su exploración.

El olor de un pan reciente,
el de las mañanas frescas en la primavera incipiente,
cuando los frutos brotan en cualquier lugar,
sin que nadie apenas lo detecte.

Una niña y su juguete,
su madre, con la mochila a cuestas,
conversando de modo inteligente
con una personita inadecuadamente prepotente.

Un jardinero de su labor pendiente,
otro operario feliz baldeando las calles de gente ausente,
mi perro tirando de mi, con fuerza descomunal,
para llevarme hasta allí donde quiere el animal,
sin que oponga mi bondad nada inconsecuente.

Me dejo llevar y observo
una cosa aquí, otra cosa allá
y me detengo,
porque correr
no ayuda, a mi parecer,
a entablar conversación con la vida,
que no debe nunca de soslayar
las cosas menudas con las que hablar
cada dia
de tu a tu y sin ninguna gallardia

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