sábado, 13 de agosto de 2011

En busca de premisas

Aventuran cambio de ciclo
quienes pronostican a futuro,
basados en manidas premisas vencidas,
aunque estas, sin solución, sean quizás las perdidas.

Nació la industria,
muchos murieron en ella sin verla crecer
mientras otros pocos lograron enriquecer.

Llamaron progreso al tener lavadora
y efectivamente dejaron de usarse los puños,
para estrujarlos contra la roña acaparadora.

También de la mano de Ford
apareció el grandioso confort
de viajar por un mundo increible y sin fin,
acomodado en tu propia berlina
propulsado por miles de litros de gasolina
que vierten sus gases al aire, por todo el confín,
impregnándolo de malos humos y toxina.

Si, un progreso a veces disparatado,
acrecentado de mala manera,
que nos impide pensar en lo desaconsejado,
usado sobremanera.

A tal punto hemos llegado
que jóvenes con estudios no medran,
si no es para beneficiar aún más
a quienes el poder ostentan.

Se imponen ideas nuevas,
dispuestas a convencer
de que es preciso renacer
a las otras expectativas,
convincentes y positivas,
que hagan del hombre un ser
sin ser imprescindible tener.

Como entonces,
tendré tiempo para leer,
jugar con mi hijo y verle crecer,
apoyar a las generaciones futuras
para endilgar sus proyectos,
sin retroceso, sin paliativos,
hacia nuevos sustantivos
que no tengan por fin el contante
sino el actuante.





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